martes, 11 de noviembre de 2014

MuNDiLLoS


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Los MUNDILLOS
(y reflexiones acerca del estar mal)


 Si viviésemos diciendo lo que realmente pensamos de todo, de absolutamente todo, se conocería realmente el caos. Seguramente todos nos odiaríamos entre todos pero nadie lograría comprender realmente el arte del impulso.
Comprender es más dificultoso de lo que se piensa.
Cada uno desde su casillero observa el mundo, toda situación. 
Su panorámica será propia y única, y a partir de ésta el individuo accionará, pensará y valorará.
Para comprender al otro habría que pararse, experimentar y vivir desde allí...
Pero con todo lo que ya somos nosotros mismos en el solo y simple hecho de existir, eso sería imposible.
Nos falta tiempo y nos sobra vanidad.
Con un tantito de esfuerzo, sin embargo, podríamos a partir de este concepto sí comprender que ambas personas desde su propio lugar y/o casillero, o lo que se dice "punto de vista", muchas veces están queriendo lo mismo y, muy lejos de referirme a un objeto común desde lo competitivo, en este caso hablo simplemente del compartir un mismo deseo en común, entre sí, como por ejemplo una buena relación entre los dos, un buen vínculo con el otro, una caricia, una confesión, un momento.
A todos nos duele a veces lo mismo de un modo muy distinto y al final del camino se trata simplemente de lograr compartirlo.
Aquí y ahora.
No es necesario más que dejarnos descargar sobre el hombro de los que nos aman y amamos.
Desde su pequeño gran mundillo cada uno puede a veces lo que cada uno puede.


¿Cuando nos terminaremos por dar cuenta que aquí no vinimos a ser fuertes sino todo lo contrario?
Atravesamos o atravesaremos momentos en los que creeremos que no podremos resistir el dolor, la angustia, la carne viva... sin embargo aquellos eclipses terminarán por sanar y en el amanecer podremos reflexionar sobre la fortaleza que supimos conseguir y ahora conservaremos para las próximas batallas. 
Todos necesitamos sacar la basura de la cabeza y del corazón para clarificar.
Hoy tienes más fortaleza que hace un tiempo atrás y es así la vida.
Definitivamente no quieras permitirte creer que puedes ser fuerte todo el tiempo, como no se puede estar sonriendo siempre o fantástico full-time.
¿Podrías regular la cuota de Shakeaspeare que habita en ti?
Dejar que las cosas sucedan porque suceden y allí están.
Dejar que la gente suceda.
Las cosas tienen su tránsito natural.
Uno tiene sus momentos, sus matices.
¿Entiendes que no lo puedes manejar?
No lo puedes controlar ni vas a poder jamás.
Porque las cosas son como son.
Somos nosotros que queremos ser o hacer que sean de otra manera.
Let it be.




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