sábado, 31 de octubre de 2009

Pensar en frío



P e n s a r _ e n _ f r í o _ e s :


  • Analizar la situación para darme cuenta de que, para amar a otro, primero me tengo que amar a mi.

  • Descifrar entre cuatro paredes, una ventana, un televisor, un par de muebles, más chucherías, que no estoy viendo más allá de la realidad que con simpleza el mundo me muestra.

  • Repasar cada frase oída y dicha que se neutralizan en sujeto y predicado. Muchas veces, sujeto tácito.

  • Maldecir y llorar cada errónea respuesta del cotidiano "yo no fuí y te echo la culpa".

  • Descubrir las buenas formas de contestación que, siendo tan poco mías, serían más correctas.

  • Experimentar sensaciones diafragmático-estomacales que llevan al lenguaje corporal cada sentimiento mío, cada arrepentimiento.

  • Morder la almohada y tomar decisiones no apresuradas, pero lejanas a mi.

  • Buscar, finalmente, complacerlos para complacerme.


Ahora, pensando en frío y conociéndome como me conozco, digo:

Si defiendo mis pensamientos, mis errores y certezas, mis modos, mis ideales..

Pensar en frío me congela.

Pasional

Qué pasión la que me aterra.
Qué sensación indescriptible formar parte de esta Tierra.
Sin embargo los siento y luego aplaudo
con un mínimo de envidia, y un máximo de admiración.
Si pudiera demostrarles cuanta y tanta mi pasión.
Si puediera alguien mirarme de repente tal cual soy.
Descarado el acertijo de esta gran preocupación.
Cuando ríen, cuando aplauden, cuando abrazan con amor
Desearía al alma entera en total purificación.
Sin embargo la cabeza quiere más que el corazón.
Si escuchara el sentimiento correría sin censuración.
Se que puedo, se que tengo, no valoro lo que soy.
Pues quien más me ve de afuera me valora mas que yo.
Es un canto, una palabra, una frase o un silencio
Que pueda estallar en risas, destapando lo que siento.
Quiero más y no se como, quiero arder en el entorno
Quiero estar arriba, abajo, en el pueblo y en el trono.
No se si es pasión de artista o el sentir la frustración
del futuro que se acerca sin poder creermelo.
Tengo algo que contarles, tengo algo que decir
Algo que quizá vieron o algo que aún no vi.

lunes, 19 de octubre de 2009

El Arco


Que solo estás.
Estancado de por vida en un espacio vacío.
Das esperanza pero solo cuando alguien te presta atención
(lo que no significa que te pueda ver).
Hoy yo te veo.
Te veo y puedo leer tu mente inerte, impotente y resignada a una vida de monotonía pero, sobre todo, solitaria.
No habrá descendientes sino copias.
No habrá caricias más que las del pincel.
Ese pincel infiel que, así como a vos, ha acariciado a tantos otros sin remordimiento.
Estás condenado a observar de por vida a tu otro yo, pero nunca vas a tocarlo.
Serán aquellos que corren lo que te traigan con el viento, así sea, un pequeño aire de tu par (y ahora contrincante).
Serás atravesado una y mil veces para ganarte el inútil cariño de un grupo de personas que luego se irán a festejar y te olvidarán.
Y ahí te vas a quedar.
Con la noche y con el día; con el sol y con la lluvia.
Tu soledad y vos son cómplices perpetuos.
Mientras yo te miro.

domingo, 11 de octubre de 2009

Rain One


Es la impotencia que me paraliza... no soy yo.
Y ese sonido que fluye indiferente en mi como si no estuviera, como si no existiera.
Es la explosión de las gotas contra el suelo, en mis pies, sobre mi.
Son las lágrimas de Dios que me envuelven y se pierden en mi propio llanto.
Son las carcajadas oscuras de mis ángeles negros que se proyectan en una mueca torcida, humillándome desde lo más alto hasta lo más profundo.
Resaltando mis heridas internas... y externas.
Y ese sonido...
Esa sinfonía perfecta de la naturaleza que me grita desgarradoramente y se ahoga en si misma luego de ser escuchada, y deja ver su violencia antinatural en un haz de luz que se refleja en mi cara haciéndome ver toda mi mediocridad en el tiempo que puede durar un rayo.
Se pierde en ese grito ahogado que alguna vez le perteneció, en la nada, sin dejar rastro físico, dejándome con mis miserias, indefensa bajo la lluvia.
Las luces naturales de la ciudad se mezclan en un remolino infinito que no logro distinguir, que baila riéndose de mí mientras mi mirada se pierde entre mis miedos y la oscuridad de la noche y su orquesta de madrugada.
El cielo es el espejo más siniestro y más real que yo haya visto jamás.
El sol ya no sale para mí.
Y yo me hundo en la profundidad de la noche mientras sangra mi impotencia adolescente.
El que mire al cielo me podrá ver.
Pero nadie me mira.
Soy ese haz de luz, inaccesible a la memoria humana, indiferentemente visible.
Como el trueno cuando grita.